lunes, 16 de enero de 2017

¿Y SI LA ESVÁSTICA GOBERNASE EUROPA?





El título y la imagen superior elegidas para esta nueva entrada, podrían catalogarse como catastrofistas e incluso apocalípticas, ya que tendemos a relacionar la esvástica con el nazismo y éste con lo peor que ha ocurrido en Europa, al menos en su historia reciente.

En el contexto en el que la esvástica se paseaba alegremente por gran parte de Europa, bien sea en la Alemania nazi o en otros países de corte fascista, un pastor alemán llamado Martin Niemöller, fue arrestado por la Gestapo y llevado a los campos de concentración de Sachsenhausen y de Dachau, permaneciendo allí desde 1938 hasta 1945 por haber mostrado su oposición al control estatal nazi sobre las iglesias.



Una vez liberado, en la Semana Santa de 1946 de Kaiserslautern, Niemöller elabora un sermón titulado "¿Qué hubiera dicho Jesucristo?" que ha pasado a la posteridad no como sermón sino como poema (que tradicionalmente se ha atribuido a Bertold Bretch) y que dice así:

Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté, 
porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío.
Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.

Comento todo esto, porque hoy, 70 años después de que Martin Niemöller escribiese este sermón/poema, he despertado con la siguiente noticia: "El secretario de estado de vivienda de Berlín, despedido por su pasado comunista": http://www.eldiario.es/internacional/secretario-vivienda-Berlin-despedido-comunista_0_601940055.html  

Si bien, la imagen de la esvástica gobernando Europa resulta demasiado surrealista, es innegable que la extrema derecha está teniendo un ascenso importante en todo el continente, como hemos visto en la casi victoria de Norbert Hofert y su FPO en Austria, el gobierno del Jobbik de Víktor Orban en Hungría, la fuerza que va adquiriendo Marine LePen con su Frente Nacional, la irrupción del AFD en Alemania, la estabilización de Amanecer Dorado en Grecia o el UKIP en Reino Unido, la Liga Norte en Italia y un largo y preocupante etcétera.




Lo peor de esto, no es el ascenso de estos partidos hasta el punto de tener representación parlamentaria, consolidarla o incluso haber obtenido algunos gobiernos, como es el caso húngaro, resulta más preocupante que sea su ideología la que se está imponiendo, hasta el punto de que podemos encontrar a partidos políticos que no pertenecen a este rango ideológico, realizando políticas que no se alejan demasiado de las que podría realizar la ultraderecha, siendo el caso de la pésima y xenófoba gestión que la Unión Europea en su conjunto está realizando sobre los "refugiables" (aún esperan sentirse refugiad@s) un claro ejemplo, recordándonos demasiado y de manera irremediable  a la situación que vivieron los compañeros de Niemöller o él mismo en los campos de concentración nazis.

Esta consolidación de ideología fascista (creo que a las cosas hay que llamarlas por lo que son, obviando eufemismos) de odio hacia lo extranjero, hacia lo de fuera, hacia lo que procede de una cultura distinta, no es novedoso, ya que en definitiva, es una de las consecuencias más directas del capitalismo, de sus sistémicas crisis y de los intentos que el propio sistema realiza para recomponerse.

Que se relacione la crisis económicas que viven los países occidentales con el odio al extranjero, o a la cultura diferente, ya lo vimos en la Alemania Nazi y lo estamos volviendo a ver en la actualidad, y de hecho, esta idea no anda huérfana de teórica. Si el nazismo contó con figuras como Alfred Rosenberg para explicar la teoría de la "raza aria" o "los mitos de conspiración judeo-masónica", la nueva oleada imperialista de occidente sobre oriente próximo encuentra su justificación teórica en Samuel Huntington quien ya en 1993 nos hablaba del "choque de civilizaciones" mediante el cual, se iría desarrollando la política internacional. Para él, el mundo se subdivide en diversas civilizaciones (occidental, ortodoxa, islámica, latinoamericana, nipona...) y el futuro de la humanidad dependerá de la lucha existente entre éstas, destacando como no puede ser de otro modo, el enfrentamiento entre la civilización occidental (la buena) y la islámica (la mala).

Es en esta teoría de segregación cultural y sus derivadas evoluciones (las cuales se apoyan también en el terrorismo yihadista, que como todas y todos sabemos ha sido financiado por occidente) desde que Huntington escribiese en 1996 "El choque de las civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial", en la que estos partidos de la ultraderecha europea quieren basar su ideario fascista en la actualidad.



Pero ¿qué hay detrás de todo esto?. Pues a mi juicio, mediante la utilización de este plano teórico, lo que se pretende es obviar la importancia del plano económico y de la lucha de clases, que es en realidad lo que mueve la política, la historia y el propio sistema capitalista, además de legitimar la posición de EE.UU. y de la OTAN como garantes de la seguridad de occidente y fomentar la idea de supremacía blanca. Estas ideas, por desgracia se van asentando en el imaginario colectivo y por ejemplo hoy también hemos escuchado a Donald Trump, decir que "los países quieren su propia identidad", apoyando esta teoría de choque cultural: http://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-38633192?ocid=socialflow_facebook
                         
Al igual que el hecho de que gane fuerza esta idea de enfrentamiento cultural es lo lógico dentro de un sistema capitalista, pues es consecuencia natural de los intentos de resolución de sus propias crisis, también es lógico, que de lo primero que se ataque sea al némesis del capitalismo que no es otro que el comunismo. Es por eso por lo que Niemöller nos comentaba allá por 1946 que en la Alemania nazi los primeros perseguidos fueron por los comunistas y es por eso por lo que el comunismo sigue siendo lo primero en denostarse en el siglo XXI  como hemos visto en el caso del secretario de estado de vivienda de Berlín Andrej Holm o con la bibliografía que se está editando acerca de la Revolución Rusa como escribí hace poco: http://semillasdenenufar.blogspot.com.es/2017/01/el-centenario-de-la-revolucion-y-la.html

Así que cuidado, porque el ascenso del fascismo es más que evidente y los primeros pasos ya están siendo dados, de hecho ya se lleva un tiempo andando, y que consiga completar su camino depende en gran medida de nostr@s y de la capacidad que tengamos de articular una alternativa, no sólo a ese fascismo creciente, sino también al neoliberalismo que actualmente impera en prácticamente todo el mundo. Y también hay que estar atent@s y saber identificar lo que está ocurriendo, ya que el fascismo no empieza con una esvástica ondeando en el Bundestag, pues lo importante no es la bandera, si no las ideas que se esconden tras ella, y si bien es cierto que esa idea de la esvástica gobernando Europa parece más que improbable, cabe recordar que también lo parecía que tras la Primera Guerra Mundial pudiese haber una Segunda Guerra Mundial o que el bloque soviético cayese tras tantos años disputándole una hegemonía política a EE.UU. y sus aliados. La historia está viva, la hacemos nosotros y nosotras y nadie ni nada está a salvo de ella, ni siquiera, aunque cueste imaginárselo, el capitalismo.

Salud y República.












lunes, 9 de enero de 2017

LA INCULTURA NO ES CASUAL


Hace unos días, en un programa de televisión llamado "Ahora Caigo", se dio una circunstancia que ha creado bochorno en las redes sociales, y quizá en parte de la sociedad. Numerosas páginas que subsisten en el universo web, comenzaron a compartir una parte de ese programa en el que dos concursantes  eran incapaces de relacionar una serie de pistas con un evento histórico.



En principio, y a tenor del revuelo que ha creado tan "vergonzante incapacidad", podríamos decir que las pistas llevaban de manera indefectible a una resolución temprana, pero no fue así... Bien, para situarnos mejor, diré que las pistas eran las siguientes:

-Sucedió en el siglo XX.
-Conflicto social, político y bélico.
-La Pasionaria.
-Inspiró el "Guernika" de Picasso.
-Hubo un alzamiento.
-Tuvo lugar en España.
-Dio paso a una Dictadura.
-Nacionales y Republicanos.
-Paró la Liga de Fútbol.
-Muchos se exiliaron.

Sólo después de estas diez pistas, uno de los concursantes acertó con las palabras "Guerra Civil". El hecho de que no fuese un sólo concursante, sino que fueran dos, agrava considerablemente la problemática, ya que el argumento de "caso aislado" se desecha por si mismo.

También creo importante comentar que entre el desconocimiento y la incomodidad que da el silencio, ambos se lanzaron a un sinsentido de respuestas mientras abrían los oídos esperando, ansiando incluso, escuchar el sonido de la flauta. Hasta que la flauta sonó se escucharon palabras como "levantamiento del 2 de mayo" o "la democracia"... Como digo, para echarse las manos a la cabeza. Aquí dejo el enlace del vídeo: https://youtu.be/mCDVEErd9I0  



Pero ¿dónde está el problema, o mejor dicho, la raíz del mismo? Pues a mi juicio, esa raíz se encuentra en que mientras algunas personas nos echamos las manos a la cabeza, otros se las están frotando.

Sinceramente creo que esta incultura no es casual,  o acaso es casualidad que en este país a los herederos de los que ganaron la Guerra Civil les moleste que se hable de ella. Sí, molesta que se hable de ese golpe de estado que llevó a España a 40 años de dictadura franquista y otros tantos de monarquía ilegítima heredera de esa dictadura. ¿Cómo podemos pretender que unos jóvenes conozcan la Guerra Civil cuando no se aplica la Ley de Memoria Histórica, cuando tenemos al menos 114.000 víctimas de ese alzamiento en las cunetas de nuestras carreteras, cuando nos gobierna un partido político fundado en 1977 por siete ministros franquistas, cuando las humanidades son denostadas y tratadas como una pérdida de tiempo, cuando se supedita la educación privada-concertada a la pública, cuando la finalidad del estudio no es educar a personas libres y útiles para la sociedad sino crear mano de obra barata y útil para las grandes empresas, cuando hay editoriales y medios de comunicación que mienten sistemáticamente, cuando en este mismo programa se utiliza la figura de La Pasionaria para vincularla a la Guerra Civil y no la de Franco?... Podría seguir.



Por todo lo mencionado, lo que ocurrió en ese programa de televisión no es casual, si no una consecuencia directa del tipo de educación que tenemos y del ocultismo que se cierne sobre nuestra historia. De hecho y por desgracia, no es un caso aislado, pero no porque sean dos los protagonistas de ese programa, sino porque nuestras calles están llenas de personas despreocupadas por la política y por la historia, falta de interés que tampoco es casual, que también es interesado y creado, o acaso no es evidente que  si la sociedad fuera más docta en cuestiones políticas e históricas sería más difícil de engañar. Nada es casual.

Por suerte, también encontramos lo contrarío, gente politizada, con ganas de cambiar las cosas y que a buen seguro lo harán si son capaces de organizarse y marchar unidos y unidas. Personas que sean capaces de crear una sociedad que valore las humanidades y que sea capaz de crear su propia historia. Así que no nos echemos las manos a la cabeza mientras otros se las frotan sino que tendámoslas en busca de esa unidad que nos haga revertir esta situación en la que unos pocos manejan la sociedad como si de un rebaño de borregos se tratase.

Quizá consigamos que dentro de poco la respuesta a la pregunta sobre Historia sea la Tercera República.

Salud.


jueves, 5 de enero de 2017

EL CENTENARIO DE LA REVOLUCIÓN Y LA LITERATURA


En este año, asistiremos a la conmemoración y a la demonización de la Revolución Rusa. Por un lado, será conmemorada porque se cumple el primer centenario de aquellos hechos que supusieron la creación del primer Estado de los trabajadores de la historia. Por otro lado será demonizada por las oligarquías, las cuales temen que la clase trabajadora pueda emanciparse y para las que dicha revolución sería un ejemplo. De esta manera, los creadores de la ideología y pensamiento neoliberal dominante, pondrán todos sus medios al alcance para denostarla, para conseguir que esta revolución proletaria sea ejemplo de barbarie y no de socialismo.

Ejemplo de esto último es la proliferación de libros que se vienen editando desde finales de 2016 sobre la Revolución Rusa, siendo el máximo exponente la "La Revolución Rusa" de Richard Pipes, la cual podemos encontrar en todas las librerías bajo este epígrafe: "Para conmemorar este centenario Debate publica por primera vez en español el libro definitivo sobre ese acontecimiento que marcó decisivamente el siglo XX. Richard Pipes, historiador de máximo prestigio especializado en la Rusia contemporánea, publicó en 1992 este volumen que aún no ha sido superado"



Lo que no se dice es que Pipes fue asesor del padre político del neoliberalismo, Ronald Reegan, ni tampoco se habla de su profundo antibolchevismo, especialmente manifiesto en su interés por demonizar a Lenin. Ni es casual que este libro se publicara por primera vez en 1992, justo un año después de la caída de la Unión Soviética, ni que sea reeditado (y editado por primera vez en español) en 2016, justo un año antes del centenario de la Revolución Rusa. Como digo, las oligarquías pondrán todos sus medios para fomentar la idea de que la Revolución Rusa fue negativa y que esta idea se perpetúe en la cultura hegemónica y dominante.

El caso de Pipes, si bien puede ser el máximo exponente, no es el único. Son más los libros que se editan y publican desde finales de 2016 con esta intención. Un mecanismo muy eficaz para lograr estos fines es la utilización de una portada contundente y explícita, como por ejemplo el "Hitler y Stalin: Vidas paralelas" de Alan Bullock y cuya reseña es: "Obra grandiosa y cautivadora, Hitler y Stalin traza los relatos perfectamente acabados de dos tiranos, al mismo tiempo que esclarece brillantemente la primera mitad del siglo XX".




Lo que no se dice es que Bullock fue asesor de Winston Churchill y que esta obra se editó por primera vez en 1991, justo el año de la caída de la Unión Soviética y vuelve a reeditarse en 2016, justo un año antes del centenario de la Revolución Rusa. Ni que decir tiene que el mero intento de comparar la figura de Hitler con la de Stalin es un intento evidente de comparar nazismo y comunismo, idea que viene arrastrándose ya desde hace mucho tiempo sin fundamento alguno (recuerden que fue el comunismo el que liberó a Europa y al mundo del nazifascismo en la Segunda Guerra Mundial), y que ya fue contestada por el ganador del Premio Nobel de Literatura de 1929, Thomas Mann. Aquí sus palabras: "Colocar en el mismo plano moral el comunismo ruso y el nazifascismo, en la medida en que ambos serían totalitarios, en el mejor de los casos es una superficialidad; en el peor es fascismo. Quien insiste en esta equiparación puede considerarse un demócrata, pero en verdad y en el fondo de su corazón es en realidad ya un fascista, y desde luego sólo combatirá el fascismo de manera aparente e hipócrita, mientras deja todo su odio para el comunismo".

Estos son sólo dos ejemplos de lo que se le viene encima  a la conmemoración de la Revolución Rusa, desde una perspectiva literaria. Es por eso por lo que se vuelve fundamental estar alerta, y entender que cuando veamos que en las librerías abundan libros como estos, o libros como "El equipo de Stalin" de Sheila Fitzpatrick con una reseña como la siguiente: "Una fotografía completa del cambio más súbito y amenazante que conoció la historia del siglo XX", lo que debemos plantearnos es por qué se quiere mandar la idea de que Hitler y el nazismo resultó ser "menos amenazante" o porqué no se tienen en cuenta las dos Guerras Mundiales que sufrió el mismo siglo.




Algo parecido podemos encontrar también en los quioscos desde el mes de diciembre de 2016, como es la Revista "La Aventura de la Historia", la cual tiene a bien dedicar su número a la Revolución Rusa, pero bajo el título: "Revolución Rusa: 1917, el año que dividió al mundo" como si el mundo no hubiese estado dividido antes, ya que cabe recordar que la Revolución Rusa surge en medio de la Primera Guerra Mundial, a la cual, por cierto, el proceso revolucionario da la espalda siendo un ejemplo de lo que podíamos denominar "política de paz".





Todo el mecanismo ya está puesto en marcha, todo va funcionando a la perfección para que en nuestra mente empecemos a odiar todo lo que esté relacionado con Rusia y su Revolución, una cosa llevará a la otra indefectiblemente, y es por eso por lo que hay que estar alerta y entender que este año, deberemos mostrarnos orgullosos y orgullosas de la Revolución Bolchevique y reivindicar insistentemente todo lo que ésta aportó, tanto en la política de paz ya mencionada, como en la liberación de la mujer, la lucha contra el analfabetismo, el acceso de la cultura a las clases populares, la emancipación de la clase trabajadora mediante la adquisición del control de las fábricas, la transferencia de las propiedades de los terratenientes a millones de campesinos, el derecho de independencia a las naciones oprimidas por el imperio ruso, despenalización de adulterio, aborto, homosexualidad... Nada de esto había ocurrido con anterioridad y hay un pavor tremendo entre las oligarquías a que pueda surgir un movimiento revolucionario que consiga conquistas similares en estos días de hegemonía neoliberal.

Por tanto, muestren su orgullo por ese hilo rojo que nos une a aquella Revolución y manténganse firmes ante todos los ataques que la misma sufrirá. Hoy sólo es 5 de enero de 2017 y queda mucho Centenario...

Salud y República.