lunes, 16 de julio de 2018

EL PCE, EL 18 DE JULIO Y EL ALIVIO DE LUTO

La costumbre de sufrir el luto vestidos de negro en nuestro país proviene de 1502, cuando los Reyes Católicos promulgaron la Pragmática "De Luto y Cera" en la que se reguló que fuese ese el color oficial para expresar la pena en lugar del blanco, el cual era el color habitual hasta que en 1498, Ana de Bretaña decidió vestir de negro para el funeral de su esposo Carlos VIII. Los cambios legales se han ido sucediendo a lo largo de los siglos, y ya desde mediados del XX no hay una normativa que lo regule, aunque sí ha existido en la tradición la idea de vestir de negro un tiempo más o menos fijo y después pasar a colores apagados como los grises.

Que esta práctica ha sido habitual (por fortuna cada vez menos), lo encontramos también en la literatura, destacando una obra maestra de Federico García Lorca como es "La casa de Bernarda Alba", quien hacía de su tristeza un ambiente irrespirable, tanto para ella como para sus cinco hijas. Lorca nos narra un luto sofocante en el que ni el aire de la calle va a entrar en la casa y el silencio será el yugo que aprisione a Bernarda y a su descendencia. Hasta las criadas son llevadas a ese espacio insufrible donde lo muerto se confunde con lo vivo.


El 18 de julio es obviamente un día triste. Tan triste como el hecho de que se cumplirán 82 años del golpe de estado fascista al pueblo español y a la democrática y electa Segunda República. Más triste es aún si pensamos en los más de 114.000 asesinados y asesinadas que aún están desaparecidos y desaparecidas, si nos acordamos de la Carretera de Almería o de Gernika. Si pensamos en niños y niñas robados, en expolios, en duras e interminables condenas, en cómo se quiso matar a la inteligencia o en la también triste herencia que nos dejó y que aún palpamos en bochornosas manifestaciones impropias para una democracia como son las que se vienen dando en el "Valle de los Caídos". Por supuesto que es triste.

De esa tristeza y de lo que significa sabe mucho el Partido Comunista de España, y lo sabe porque estuvo allí. El PCE, participó abiertamente en la Guerra de España, mal conocida como Guerra Civil y fue protagonista de la misma, siempre en la defensa de los trabajadores y de la República. Muestra de ello, es que tras el estallido del alzamiento militar fascista, no dudó en dividir en cinco batallones a las Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas que él mismo había creado dando lugar al mítico Quinto Regimiento. Vestir de negro no servía de nada.


Este Quinto Regimiento no sólo fue un cuerpo militar, ya que sus labores se extendieron a mucho más que eso, tanto en lo social como en lo cultural, fomentando la alfabetización de las clases populares. No en vano estuvieron alistados o relacionados con él personalidades como Rafael Alberti, Miguel Hernández o  Josep Renau entre otros. Hay que destacar también, que aunque el Quinto Regimiento fuese fundado por el PCE, a él se alistaron republicanos de distintas ideologías, mostrando no sólo una visión hacia el futuro al preocuparse por la alfabetización mencionada sino además mostrándose poco sectario, haciendo alarde de la tan necesaria estrategia de unidad popular.

Como decía, el próximo 18 de julio se cumplirán (que no se celebrarán) 82 años de ese golpe militar fascista que tanto daño ha hecho en nuestro país, y en Málaga, se desarrollará una actividad denominada "Encuentro con el Partido" al que asistirán tanto el Secretario General del PCE (Enrique Santiago) como el Secretario General del PCA (Ernesto Alba) y en el que la militancia podrá mantener ese contacto directo tan importante con sus dirigentes en el Centro Social y Cultural "La Nave" en  C/ Cerrajeros. Parece que este acto no ha sentado del todo bien y ha recibido críticas de algún que otro camarada y compañero.



La crítica se fundamenta en que ven en este "Encuentro" una falta de respeto a las víctimas republicanas de la conocida como "Guerra Civil", entendiendo que esa fecha es para "guardar luto" o lo que es lo mismo, para entregársela al fascismo para su uso y disfrute. Pues no.

Fue una de esas víctimas la que nos explicó de forma muy precisa, en la obra con la que he empezado esta entrada, que el luto asfixia, y que además sólo es un corsé para propios y extraños. La mirada debe estar puesta al frente, pues al igual que Bernarda, no podremos evitar que nuestras hijas crezcan y rompan las cadenas que las ata con el pasado. No es una falta de respeto celebrar un acto el 18 de julio, es si acaso una falta de la desilusión que les sobra a otros para afrontar el futuro, ese futuro que andarán nuestras hijas y junto a las que tendremos que estar. Ese futuro que habla más de Tercera que de Segunda.

Esa falta de ilusión consigue que la crítica que se hace sea poco constructiva, desconfiada y que trate el pasado como fetiche, alejándose así de ser materialista y aportando realmente poco más que la crítica por la crítica. Desde el PCE no se quiere olvidar el pasado (su pasado) organizando encuentros, lo que se quiere es aliviar el luto creando un futuro para un país en común.

SALUD, REPÚBLICA Y SOCIALISMO.