lunes, 17 de octubre de 2016

DESDOBLAMIENTO DE GÉNERO, FEMENINO GENÉRICO Y LA ACADEMIA



Hoy es 17 de octubre y se celebra por primera vez el "Día de las escritoras", el cual surge como magnífica iniciativa para señalar la desigualdad en la Literatura. Esta desigualdad es patente en muchos ámbitos, siendo el poco reconocimiento que obtienen las mujeres en el mundo literario uno de los más evidentes:

-En 109 ediciones del Premio Nobel en esta categoría sólo 14 mujeres ganaron el galardón.
-Desde 1977 sólo dos mujeres han ganado el Premio Nacional de Narrativa.

Estos son sólo dos ejemplos de la invisibilización de la mujer en la sociedad en general y en el mundo de la cultura en particular. Sin embargo, esta entrada no versa sobre la desigualdad en la Literatura, sino sobre la desigualdad en el lenguaje y sobre todo en cómo algunos académicos parecen molestos cuando dicha desigualdad trata de combatirse.

En primer lugar quisiera señalar cuál es el significado que la Real Academia Española de la Lengua da al término "sublevar":

Del lat. sublevare 'levantar', alzar del suelo'.

   1. tr. Llevar a alguien a la sedición o al motín. Sublevar a los soldados, al pueblo. U. t. c. prnl.
   2. tr. Excitar indignación, promover sentimiento de protesta.

Comienzo con esta definición porque quizá algunos que se dedican a calentar ciertos sillones con letras talladas en la madera de sus respaldos deberían recordar el significado de ciertas palabras.







Es habitual, que algunos de los académicos de la Real Academia Española de la Lengua persistan en la corrección de aquellos y aquellas que utilizamos el desdoblamiento de género y también de aquellas que usamos el femenino como genérico. 

Sinceramente no me molesta que lo hagan siempre que su finalidad sea la de velar por el correcto uso de nuestra lengua (aunque también podrían plantearse cambiar la norma),  sin embargo, en ocasiones persisten tanto en su defensa que algunos de estos académicos bien parecieran enfundarse un burdo disfraz de cruzado y a lomos de su hiriente pluma (o teclado), cargar contra el infiel... En estos casos me planteo a qué viene tanta inquina y cuál es el fin de su cabalgar.

Pues bien, no estaría de más que aquellos académicos de la R.A.E. que persisten de manera sistemática en la realización de esas correcciones, pensaran que las que utilizamos tanto el desdoblamiento de género como el femenino genérico, lo hacemos, no sin esfuerzo, por una cuestión de ideales políticos consistentes en la creación de una sociedad mejor en la que el feminismo debe ser piedra angular de la misma. No somos unas incultas que utilizamos mal el lenguaje por error, ni tampoco somos todos y todas unas desaprensivas que pretendemos inocular el virus del analfabetismo. Lo hacemos como forma de sublevación ante un sistema patriarcal que extiende sus brazos a todos los ámbitos de la vida.






Cuando comento que no lo hacemos sin esfuerzo, es porque no es fácil. Requiere un esfuerzo intelectual poder utilizar el lenguaje para mostrar unas inquietudes políticas. El lenguaje, es en esencia una herramienta para la expresión del pensamiento, y por desgracia, todas hemos adquirido nuestro pensamiento bajo el manto del patriarcado. Esta sociedad tiene un registro lingüístico claramente machista, que ha ido desarrollándose a lo largo de una historia igualmente machista, y nosotras, como parte de esta sociedad, lo que hacemos es rebelarnos a esta realidad, y mediante el uso de estas prácticas, mostrar nuestra indignación ante el sistema patriarcal.

Realmente ya lo saben, no me cabe la menor duda, pues son conscientes de que sólo podría preocuparse por este asunto quien conoce medianamente el lenguaje y su norma, así que estos académicos reaccionan diciendo que no, que eso es "maltratar" el lenguaje y que dicho uso es "artificioso e innecesario", "incorrecto" y que "complica innecesariamente la redacción y lectura de los textos":  http://www.rae.es/consultas/los-ciudadanos-y-las-ciudadanas-los-ninos-y-las-ninas, no por velar por el buen uso del lenguaje, algo que como ya he comentado no me molestaría, sino que lo hacen posicionándose, por afinidad, con  el conservadurismo del mismo, y del propio sistema.

Yo me pregunto, si eliminar la tilde diacrítica en el adverbio "sólo" y en los pronombres demostrativos favoreció mucho "la redacción y lectura de textos": http://www.rae.es/consultas/el-adverbio-solo-y-los-pronombres-demostrativos-sin-tilde, o si aceptar "toballa" o "almóndiga" mejorará nuestro vocabulario haciéndolo más culto, pero eso son otras cuestiones que se desvían del tema central.




Así pues, entiendo que académicos como  Arturo Pérez Reverte, deberían tener esto en consideración y comprender que el uso del desdoblamiento de género y el femenino genérico, no es una práctica de "políticos demagogos", "imbéciles", "timoratos", "acomplejados", "tontos del ciruelo" o "talibancitas de pepitilla"... como él mismo dice en este artículo: http://www.zendalibros.com/no-siempre-limpia-da-esplendor/ sino de personas que conociendo la norma, preferimos incumplirla para visibilizar un problema evidente como es la persistencia del patriarcado en todos los ámbitos de la sociedad y de la cultura. Tampoco es asunto de, como él dice, "ultrafeministas", principalmente porque la R.A.E. no recoge esa palabra y porque según la misma, el feminismo es una "ideología que defiende que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres", por lo que tampoco entiendo donde estaría el problema de llevar esa ideología de la igualdad a su máxima expresión.

Quizá el problema esté en que ciertos académicos, sustentan con actitudes como la de Pérez Reverte al propio patriarcado. Fue muy sonado el caso de Félix de Azúa argumentando que Ada Colau debería estar en una pescadería: http://www.eldiario.es/rastreador/RAE-Felix-Azua-Ada-Colau_6_500859921.html, o las críticas que ha recibido en más de una ocasión Mario Vargas Llosa por realizar una literatura machista en la que la mujer siempre suele tener atribuciones del tipo "su pequeño cuerpo", "sus grandes ojos asustados" o "sus pezones pequeñitos"... pero la realidad está en que el problema radica en la misma R.A.E. ya que es ella, como institución académica y cultural la que es machista, misógina si me apuran.

La Real Academia Española de la Lengua fue fundada el 3 de octubre 1714 y en sus más de 302 años de historia, sólo se ha dignado en considerar dignas de sus sillones a once mujeres, siendo Carmen Conde en 1978 (264 años después de su fundación) la primera en conseguirlo. Después vinieron Elena Quiroga (1984), Ana María Matute (1998), Carmen Iglesias (2002), Margarita Salas (2003),  Soledad Puértolas Villanueva (2010), Inés Fernández Ordóñez (2011), Carmen Riera Guilera (2013), Aurora Egido (2014), Clara Janés (2015) y Paz  Battaner (2016). Estos son los únicos once nombres que completan la lista de las académicas de la R.A.E., que a lo largo de su historia ha dejado fuera por ejemplo a Blanca de los Ríos, Carmen Laforet, Concha Espina, Carmen Martín Gaite, Dulce Chacón, Almudena Grandes o a la mismísima María Moliner, cuyo diccionario sigue siendo una obra de referencia a la misma altura que el de la Academia.





En la actualidad, de las 44 sillas disponibles, sólo 8 son ocupadas por mujeres... Quizá Perez Reverte, debería gastar su talento literario en denunciar el patente machismo de la R.A.E. en su "Patente de Corso" en lugar de hacerlo insultando a todas y todos los que sí somos conscientes del problema y su raíz y estamos dispuestas a seguir sublevándonos en favor de una causa justa como es la igualdad entre mujeres y hombres, esperando que de esa manera, la Real Academia Española de la Lengua, deje de creer que las mujeres deben "limpiar, pulir y dar esplendor", pero sólo en su casa.

Salud y República.


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